Existe la creencia de que los bebés necesitan vitaminas, minerales o en general suplementos alimenticios para desarrollarse de una forma correcta, pero realmente nunca va a ser lo ideal darle vitaminas y minerales a tu bebé y menos si no tiene ningún tipo de afeción la cual demande algún suplemento.
En general nunca deberá realizarse sin la prescripción previa de un pediatra. Bajo supervisión médica, lo único que se aconseja administrar es la vitamina K a todos los bebés nada más nacer para prevenir la enfermedad hemorrágica del recién nacido, y la vitamina D a niños con piel oscura o con una inadecuada exposición a la luz solar, a los hijos de madres vegetarianas estrictas, que restringen la ingesta de alimentos ricos en vitamina D, y a los lactantes prematuros. Los prematuros, además, deben recibir suplementos de hierro a partir de los dos meses de edad.
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